Precioso, natural y único. Así era el entorno de las Fonts del Algar, un reducto de naturaleza que quien lo visita no se cree que se encuentre en Alicante. En la tierra de la la playa y del Mediterráneo, del boom inmobiliario y de los guiris colorados, sorprende encontrar un paraje diferente, montañoso, lleno de vida, de agua que fluye cristalina formando espectaculares cascadas, con su rumor constante y refrescante, entre paredes de roca caliza. Y lo más llamativo: a tan sólo 15 kilómetros de Benidorm.
Situadas sólo a 3 kilómetros de Callosa de Ensarrià, las fuentes del Algar, que con ese nombre denota a las claras qué pueblo las bautizó ("Algar" en árabe significa cueva), son el resultado de la unión de los cursos de los ríos Guadalest y Algar, siendo el nacimiento de este último visitable en un recorrido senderista de kilómetro y medio. Las frías aguas que poco más abajo desembocarán en el Mare Nostrum han ido modelando un paisaje kárstico dominado por una sucesión impresionante de cataratas y pozas donde tomar un baño es una obligación.
Es el eterno debate, todos tenemos derecho a disfrutar de lo que la naturaleza nos ha dado, no veo mal poner algunas restricciones para su preservación, pero ¿hasta qué punto podemos destruir un entorno incomparable para el lucro? A pesar de todo, las fuentes del Algar son una maravilla de la naturaleza que merece la pena ser conocida. Eso sí, en invierno.
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