Algún día mis hijos o nietos me preguntarán qué hice el día que España ganó su primer mundial, y a buen seguro podré relatarles con claridad cómo celebré tan magno acontecimiento. El de ayer fue un día histórico, pero no sólo a nivel deportivo, sino por su trascendencia a nivel social, todo un país unido y alegre; es más, incluso aquéllos a los que no les gusta el fútbol han visto los partidos y se han emocionado.
Siempre podré decir que el esperadísimo día de la final, el partido soñado por todos, llegué tarde para verlo. Volvía del encuentro quetzal en Covanera y la A-1 se colapsó por los miles de madrileños que, como nosotros, habían decidido volver un poco antes para llegar a tiempo. El anfitrión llegó 35 minutos tarde pero los invitados ya se emocionaban con el primer tiempo. El gol de Iniesta desbordó la alegría y los 3 pitidos desataron una euforia retenida durante tantísimos años.
En seguida el barrio se echó a la calle y nos reunimos con todo el vecindario a nuestra fuente, la de la Plaza del Navío. Nunca pensé que me iba a costar tan poquísimo tiempo decidirme que aquella era la primera noche en la que me iba a meter a una fuente pública a celebrar algo. Los chorros de agua con espuma, el perro con la camiseta de España, la dueña del bar donde nos reunimos, los pases toreros a los autobuses municipales... todo se permitía y todo era alegría.
Siempre podré decir que el esperadísimo día de la final, el partido soñado por todos, llegué tarde para verlo. Volvía del encuentro quetzal en Covanera y la A-1 se colapsó por los miles de madrileños que, como nosotros, habían decidido volver un poco antes para llegar a tiempo. El anfitrión llegó 35 minutos tarde pero los invitados ya se emocionaban con el primer tiempo. El gol de Iniesta desbordó la alegría y los 3 pitidos desataron una euforia retenida durante tantísimos años.
En seguida el barrio se echó a la calle y nos reunimos con todo el vecindario a nuestra fuente, la de la Plaza del Navío. Nunca pensé que me iba a costar tan poquísimo tiempo decidirme que aquella era la primera noche en la que me iba a meter a una fuente pública a celebrar algo. Los chorros de agua con espuma, el perro con la camiseta de España, la dueña del bar donde nos reunimos, los pases toreros a los autobuses municipales... todo se permitía y todo era alegría.
1 comentarios:
Soy Mexicana y vi la transmision por tele, de verdad que aquello era impresionante. La felicidad que proyectaban la percibiamos y la disfrutamos junto a ustedes. Me hubiera gustado que mexico ganara, pero no fue posible, asi que me alegro que ganara espanya, simplemente... Gano el mejor, y el mejor es la furia roja.
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