Dame un silbidito

jueves, 1 de marzo de 2012

Ya se lo decía Pepito Grillo a Pinocho, si tienes problemas, ¡dame un silbidito!. Realmente, el silbido es una herramienta muy útil para comunicarnos a distancia, si no fuera porque, a parte de la clásica musiquita que entonamos cuando pasa una chica guapa, no lo usamos nada más que para llamar la atención de alguien que está lejos. Pero la necesidad ha hecho que en La Gomera se haya creado un auténtico sistema comunicativo basado únicamente en silbidos.

Para entender cómo surje este lenguaje, hay que conocer la orografía de la isla. Es fácilmente comprensible que, antiguamente, y debido a que La Gomera es toda ella una isla volcánica llena de valles y acantilados, los vecinos y pastores, aislados por el terreno, precisasen de un método para comunicarse a distancia. El silbido sustituye a la voz, es más potente y llega más lejos, y aunque más difícil de comprender, se aprende como se aprenden todos los idiomas: pasando de padres a hijos.

El silbo Gomero es seña de identidad de la isla. Lo conocen todos los niños, puesto que en La Gomera el silbo Gomero es una asignatura más como pueden serlo el inglés o el francés. Cuando le preguntamos a Gustavo, el chófer de nuestro autobús, si él lo usa, nos dice que para qué, si ya tiene el WhatsApp. En efecto, la mejora de las carreteras y las nuevas tecnologías han hecho perder sentido a este lenguaje, pero esta tradición tan singular jamás se perderá porque la Unesco la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009.

Asistimos a una demostración de este lenguaje, en el que una chica iba guiando a su compañero por medio de silbidos para que encontrase unos objetos escondidos y los devolviese a sus dueños. Si te dicen en español antes lo que van a silbar, puede parecer sencillo de entender, de hecho se asemeja a hablar silbando. Pero sin esa adevertencia previa, es totalmente imposible comprenderlo. La chica nos contó que, en efecto, es una materia que aprenden en la escuela y que es bastante complicada, y que de hecho, si no se utiliza, es normal que se olvide. Como cualquier idioma, en verdad, sólo que se antoja complicada practicarlo en casa viendo una película en versión original silbada.

Sin embargo, cuando nos bajamos del autobús en la capital, San Sebastián de la Gomera, escuché gente silbando por las calles, y me percaté de que, efectivamente, se estaban comunicando. Incluso traté de hacer mis pinitos con el silbo gomero, y los 4 chicos que iban delante mía se dieron todos la vuelta. A saber qué dije, por eso habría que decirle a Pepito Grillo que vale, le damos un silbidito, pero con cuidado si es en La Gomera.

Un reportaje pequeño sobre este lenguaje:


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