Hace unos años Aquarius nos sorprendió con un emotivo anuncio en el que nos contaba el afán de superación de un hombre que, con sus propias manos, estaba construyendo una catedral. Ese hombre existe, y su catedral también. Y, para mi sorpresa, muy cerca de mi casa, en el pueblo de Mejorada del campo.
El sujeto se llama Justo Gallego, un mejoreño al que la vida no le dio la oportunidad de cumplir con su vocación de ser religioso. Expulsado del monasterio debido a la tuberculosis que padecía, emprendió un camino de locura al proponerse construir, en unos terrenos propiedad de su familia, una Catedral. Justo cambió el reto que no le dejaron seguir por otro que nadie podía negárselo. El mérito de Justo es, con 80 años, llevar más de media vida levantando un gran edificio sin tener ni idea de arquitectura, sin medios materiales y sin ayuda: todo por su cuenta.
Con estas referencias, la Catedral de Justo, que es como se conoce popularmente, deja boquiabierto a todo el que la visita. Dadas las condiciones, el proyecto es espectacular. Al estar inconclusa, se observan perfectamente los procesos constructivos. Las torres están ladeadas, no se sigue ningún patrón, todo es rudimentario... eso sí, la base tiene tanto cemento que la catedral no se cae ni tirándola. Los materiales que utiliza son reciclados, los coge de donde puede o se los dan... un collage inmenso.
Y lo mejor es que parece una Catedral. Tiene su altar, su cripta, su cúpula, su patio, su rosetón, su pórtico y escalinatas... perderse por ella es descubrir en cada esquina algo nuevo y sorprendente. Tiene estatuas con bustos reutilizados, frescos pintados por un amigo suyo y vidrieras hechas pegando pequeños cristalitos uno junto a otro. A su vez, no sigue ningún estilo arquitectónico en concreto pero recuerda a todos a la vez: gótico, modernista, renacentista...
¿Y cómo ha podido Justo financiar tal proyecto? Fundamentalmente, de donaciones particulares (él mismo dispone una gran caja a la entrada de la catedral para el que quiera colaborar). Pero sobre todo fue Aquarius y su anuncio el que le dio la fama; de hecho, desde entonces Justo siempre lleva mientras trabaja en gorrito rojo con el que apareció, pues a la gente le gustaba. Se ha vendido un poco al marketing pero se ha asegurado cumplir su sueño. Porque él sigue currando; se le puede ver de lunes a viernes hasta las 6 de la tarde, y los sábados hasta mediodía. Es curioso verlo trabajar; pero si él no está cuando lo visites, seguro que está su cuñado, un personaje casi aún más peculiar que Justo. Pero no le quitemos protagonismo... aquí dejo el anuncio para recordarlo.
La construcción de un sueño
domingo, 8 de noviembre de 2009
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 22:51
Etiquetas: 004.Gentes, 012.Monumentos, 100.España, 190.Madrid
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1 comentarios:
Ey Mae, ese anuncio lo puse yo en mi blog hace tiempo... Gran historia!
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