Mil años con un drago

lunes, 24 de mayo de 2010

Al habitante más antiguo de Tenerife, 31 años teóricamente más viejo que Matusalén, le cuesta aferrarse a la vida. Los achaques de la edad no pasan en balde para el ejemplar de drago que sobrevive en Icod de los Vinos, al norte de la isla. Determinar la edad de este árbol es tarea imprecisa, pues los tallos de los dragos carecen de anillos de crecimiento y sus años se determinan en función de las ramas que se distribuyen en su copa en forma de paraguas. Pero lo que es seguro es que el drago milenario tiene muchos, muchos años.

Las arrugas en su ancho tronco (9 metros de diámetro), o la enorme cavidad de 6 metros que se ha desarrollado en su interior, son sólo indicios de su deterioro. La salud de este vestigio del pasado languidece, y las actuaciones para su conservación han respondido a técnicas tan inverosímiles como el relleno de su oquedad interior con cemento y piedras, o la instalación de un ventilador para deshumidificarlo y evitar la aparición de hongos y bacterias que dañen la madera. Todo por conservar este símbolo de 16 metros de altura declarado monumento nacional en 1917.

Un árbol único en el mundo, pues por él fluye savia de color rojo y no blanca como en todos los demás, sin duda la sangre que emana de este dragón dormido que, según cuenta la leyenda, se despertó hace siglos para ayudar a una joven guanche que huía de un mercader que le perseguía. El mercader, precisamente, llegó a Tenerife en búsqueda de esa sangre roja con propiedades curativas, pero su encontró en su camino esta joven de la que se enamoró. La joven, aprovechando un momento de descuido mientras el mercader comía manjares de la tierra, corrió a esconderse en el hueco del tronco del drago. Y como si estuviésemos en el Jardín de las Hespérides, el árbol se transformó en un monstruoso dragón que defendió a su manzana de oro, a su joven guanche, de los ataques del mercader, que huyó despavorido al creer haber interferido en los legados de los dioses.

Realidad o leyenda, el Drago de Icod de los vinos continúa aún resistiendo al paso del tiempo. Matusalén murió en el diluvio universal, ¿hasta cuándo fluirá la sangre de este dragón?

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