Así les gusta ver el campo a los turroneros de la Marina Baja de Alicante. Un paisaje predominantemente rosa implica una gran cosecha de almendras para la temporada navideña del turrón. Y es justo ahora cuando el almendro tiñe las tierras con un tono inesperado.
El campo invita a darse una vuelta por las carreteras de Relleu, Torremanzanas, Jijona o Alcoy. A ambos lados abundan los almendros, que justo ahora en febrero han florecido y han tornado de rosa lo que antes era un campo seco, árido y amarillento. La invasión del rosa es realmente impresionante. Y el nuevo color le sienta bien a Alicante. Cinco pétalos conforman la rosácea flor del almendro, y son ellos los culpables de dar alegría y vistosidad al paisaje. Pero los nuevos tonos no son para siempre. En pocos días, la flor rosa se cae, se vuelve verde y producirá el fruto marrón de la almendra que tardará medio año en madurar.
La zona es propicia para el cultivo del almendro, que se desarrolla mejor en zonas cálidas, sin mucho frío y alejado de heladas, suportando bien prolongados periodos sin lluvia. Estamos describiendo sin quererlo en clima alicantino. Que el campo se vuelve rosa en estas fechas hace que la vida se vuelva de ese color para las miles de personas que viven de la cosecha de la almendra. Y para los que nos gusta comernos un buen turrón en Navidad.
De color de rosa
jueves, 24 de febrero de 2011
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 23:46
Etiquetas: 001.Naturaleza, 016.Momentos, 100.España, 150.Comunidad Valenciana, 151.Alicante
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