El legado del Ironman

sábado, 12 de febrero de 2011

El hombre de hierro, el Tatcher de la construcción ha sido y será por siempre Gustave Eiffel, el genial arquitecto que a caballo entre los siglos XIX y XX dio forma a amasijos del férreo metal para convertirlos en referentes arquitectónicos y artísticos. Su obra y la de su escuela, inconfundible, ha pasado a la historia en lo vertical, por la inigualable torre que lleva su nombre; pero se fundamentó en sus menos conocidas estructuras horizontales, de las que en España disfrutamos en algunas ciudades.

Puente Eiffel sobre el río Oñar, Gerona

La capital del norte de Cataluña cuenta con un paso elevado sobre el Oñar, datado en 1876 y diseñado por el propio Eiffel. Es uno de los once puentes que unen los barrios viejo (margen derecha) y de Mercadal (margen izquierda). Sus estructuras de hierro tintado en rojo encierran la pasarela de madera por la que se camina sobre el río, formando rombos (o cuadrados) y dando una gran sensación de perspectiva. Desde él se obtiene una magnífica panorámica de las casas de colores que cuelgan sobre el río y de la catedral manca de una de sus torres.


El Cable Inglés, Almería

Esta estructura sorprende a los que deambulan por el paseo marítimo de Almería. Una gran construcción de hierro sin utilidad aparente emerge de la ciudad para morir en el puerto. Efectivamente, hoy está en desuso; pero se ha conservado como monumento histórico por lo infrecuente de su diseño. El conocido como Cable Inglés se construyó en 1904 siguiendo las directrices de la escuela Eiffel, para poder llevar con facilidad todo el mineral procedente las minas de Alquife, en Granada, desde la estación de trenes al puerto. Desde entonces y hasta 1973, este "Jaguar" del sigle XX mantuvo su actividad; tras salvar varios conatos de demolición, en la actualidad hay diversos proyectos para su conversión en espacio público.



El muelle de Río Tinto, Huelva

La obra de ingeniería más destacada de la ciudad de Huelva se situa, paradójicamente, sobre el río Odiel, a pesar de que en su nombre se haga mención al Tinto. Fue mandado construir a finales del XIX por la compañía inglesa Río Tinto Company Limited, encargada de la explotación y distribución de las minas de Río Tinto, al norte de la provincia. Tras recorrer 84 kilómetros por vía ferroviaria, el mineral acababa en el puerto de Huelva capital gracias a este inmenso muelle de 1.165 metros construido según la influencia de la escuela Eiffel. En desuso desde 1975, ha sido rehabilitado y formará parte como icono del nuevo paseo marítimo de la ciudad.

1 comentarios:

Hanah M. dijo...

Pero son bonitos, no?

poco naturales pero bonitos...