La cañada de mentira

sábado, 14 de febrero de 2009

Madrid se ha llenado de vacas. Y no precisamente de las que, año tras año, colapsan la Castellana en la popular Fiesta de las trashumancia reivindicando la defensa de las cañadas reales, esos pasos para el ganado que recorren durante centenares de kilómetros la Península Ibérica. Estas vacas de mentira forman parte de Cowparade, una iniciativa curiosa que trata de acercar el arte a todos mediante su exposición pública a pie de calle (algo que, como en otras ocasiones, aplaudo sin dudar).

La idea de Cowparade surgió hace 10 años en Zurich, y desde entonces ha copado plazas y calles de las principales ciudades del mundo. Las vacas llenan Madrid de color, y la gente se detiene con asombro a ver estos curiosos animales de fibra de vidrio a tamaño real. Las 100 vacas no pasan desapercibidas; no obstante, están repartidas por los lugares más emblemáticos de la ciudad, como la Puerta del Sol, la plaza de Santa Ana, la Puerta de Toledo y muchos más. La de la Puerta de Alcalá enseña orgullosa un "2016" para apoyar la candidatura olímpica de la ciudad.

La idea parece un poco tonta, pero algo tendrá cuando tiene tanto éxito. Y es que esta iniciativa va más allá de la simple exposición de estas obras al aire libre. Tiene un trasfondo social, pues desde su preparación (los diseños, desde reivindicativos, humorísticos o publicitarios, se sacaron de un concurso en el que todo el mundo pudo participar) hasta su finalización (en la que algunas de las vacas serán subastadas para obtener fondos de ayuda a diversas ONGs) están pensadas para unir arte y solidaridad.

Me gusta Cowparade porque está muy bien pensada. De hecho, han contado incluso con la desgraciadamente inevitable acción de los vándalos. La vaca de la foto de arriba, Albertina, fue robada de su ubicación en la plaza de Lavapiés por un grupo de chavales que no tuvo otra cosa que hacer que llevársela a su casa. Otras aparecen rotas y llenas de graffitis. Para paliar un poco este daño se ha creado un "Hospital de vacas" en el que todos los desperfectos son "sanados" por estudiantes de la Escuela de Restauración y Conservación de Bienes Culturales de Madrid metidos a "veterinarios"; además, han tenido el acierto de colocarlo junto al Hospital Infantil Universitario Niño Jesús para que los niños enfermos puedan disfrutar de este evento. Un nuevo punto a favor.

Esta particular cañada estará por Madrid hasta el 21 de marzo. Mejor, aún me quedan muchas por ver.

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