Qué difícil es resumir el encuentro de Murcia... tan corto pero tan intenso. Empecemos por sus participantes, siendo protagonista indiscutible el gran anfitrión Juanchope, cuya bondad nos tiene ganada el cariño inmenso de todos... y por ser integrante del buen dúo Los caños; la cumpleañera Almu, que no duda en tratar de que su tos nos deje dormir curándola con chupitos de licor de crema; el inquieto Curro, estrenando California yendo a por el turrón; la reflexiva Meriangels, que busca El secreto de orientarse un poco mejor; el cuentacuentos Agus, feliz de poder por fin haber terminado una historia de miedo; la nutricionista Gema, tan contenta de ver el lema "Agua para todos" por doquier; y el lector Felirrintxi, que a falta de Audi se entretiene con las citas del libro rutero "Qué soñaste". Aunque, aún ausente, hay que citar al gran fichaje Mariana, cuya casa invadimos y que no puede faltar a la próxima quedada.
Ha sido un encuentro con cabida para la reflexión. A sabiendas de que el reto de vivir es el reto de elegir, hemos llegado a profundas conclusiones sobre el "¿Porqué no tengo pareja?". Pero no hablamos de ligar con furcias que fumándose un par de pitis nos digan vamos a follar por la calle; los achos pijos, para conquistar zagalas, tienen que empezar comprándose un perro, un capricho de Braco de Weimar a ser posible; o meterse a pintor de cuadros, o dejar medio armario vacío esperando a que venga tu media naranja. Todo sea por arrimar el caño...
Pero también tuvo cabida el entretenimiento. Tras un copioso desayuno con macedonias, tostadas de tomate y dulces varios, tuvimos ruta de senderismo por la sierra periférica de la ciudad. Visita a la virgen de la Fuensanta con boda incluida (algún pico de más) y subida a un precioso mirador de la ciudad y la Cresta del Gallo, un lugar ideal para practicar la escalada. Por la tarde, talleres varios: aprendimos cómo saber si eres zurdo o diestro de ojo; y a fabricar unas complejas estrellas de papiroflexia... con papel de servilleta. Y por la noche, tapitas por Murcia probando lo mejor de la huerta: zarangoyo, berenjenas fritas, ensalada murciana, habitas y sangre frita; y salidita nocturna por Murcia la nuit para bailar y adivinar las canciones que sonaban.
Al día siguiente tocaba baño. Tras comer la tarta que regalamos a Almu, nos fuimos al parque regional de Calblanque, donde entre montañas verdes llenas de arbustos aromáticos encontramos la calita que sería la base para el baño ritual. Arena amarilla y agua cristalina para disfrutar del calor murciano un 6 de diciembre. Comida y juego de orientación para que Almu encontrase sus regalos de cumpleaños. Y luego visita Portman para disfrutar de los colores de un atardecer en la bahía. De noche nos separamos con tristeza, ya que la mitad del grupo tenía que marchar. Los que nos quedamos pudimos conocer a la familia de Juanchope, tan buena como él. Y al dia siguiente nos dedicamos a visitar Murcia y sus monumentos, aunque por llegar apurados de tiempo siempre nos terminaban echando de todos ellos. Unas tapas por el centro, que en ausencia de Gema era fritanga y sesos altos en colesterol, un campeonato de lanzamiento de huesos de aceituna y el tiempo justo para recoger e irnos con una gran sensación de felicidad.
Glacias Juanchope por ponernos en tu vida.
Pon un Juanchope en tu vida
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 0:26
Etiquetas: 005.Viajeros, 100.España, 194.Murcia, 800.Ruta Quetzal
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