Puede que La Manga del Mar Menor sea el lugar más conocido de Murcia, por la singularidad del estrecho brazo de tierra que origina un gran lago interior separado del gran Mediterráneo. Sin embargo, su encanto natural se ha perdido en pro de la urbanización masiva: hoteles y apartamente se suceden devastándolo todo.
Pero en este Monopoly aún no está todo comprado: a escasa distancia al sur del Mar Menor existe una zona conocida como Calblanque, una extensión de 13 kilómetros de litoral de playas vírgenes (que me recordaron a Doñana o Cabo de Gata) en las que la acción de algunos seres racionales ha impedido que la especulación urbanística haya arrasado con semejante paraíso natural.
Efectivamente, para llegar a Calblanque hay que acceder por una pista de tierra. La única edificación es un centro de interpretación e información: todo lo demás es nada. Sólo un templado y cristalino mar, y multitud de playas, que van de inmensos arenales de un intenso amarillo a diminutas calas de ensueño, flanqueadas por montañas de escasa altura repletas de arbustos aromáticos como la jara, la lavanda o el romero.
Por Calblanque se pueden hacer rutas de senderismo o en bicleta, visitar sus salinas o unas dunas fósiles prehistóricas que hoy están protegidas. Pero lo más recomendable es dejarse atrapar por su aislamiento y tranquilidad. Proteger este lugar es tarea de todos, pues conservar este as es sin duda una jugada maestra.
Un as en La Manga
miércoles, 23 de diciembre de 2009
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 21:29
Etiquetas: 001.Naturaleza, 018.Rutas, 100.España, 194.Murcia
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1 comentarios:
Me encantan tus alegorías. ¡Un abrazo y feliz año!
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