Clase de arte

domingo, 24 de enero de 2010

Tenía ciertos reparos a la hora de ir a conocer el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, ya fuera por lo repipi del nombre o por todas las implicaciones de lujo y fama que rodean a la familia de Tita Cervera. Pero la verdad es que, dejando al margen el lado rosa, me alegro mucho de haberme comido mis prejuicios porque la visita es, sencillamente, imprescindible.

Esta acaudalada familia ha apostado por invertir su fortuna en el coleccionismo de obras de arte, que ahora queda expuesto a pocos metros del Museo del Prado. Pero, a diferencia de este, el Thyssen está organizado de una manera cronológica, es decir, esta familia tiene tantísimo dinero que ha sido capaz de recopilar cuadros que van desde la pintura medieval del siglo XIV hasta los más modernos del Por Art del siglo pasado, pasando por todos los estilos y escuelas de la historia.

Así, ir al Thyssen es como acudir a una clase práctica de Historia del Arte. Con la audioguía al oido me fui enterando de toda la evolución del arte, claramente ejemplificada en la colección. Del teocentrismo al humanismo, de la pintura burguesa a la popular, del policromismo al tenebrismo, de Tintoretto a Van Gogh, del rococó al cubismo, de los patrones al individualismo... los progresos de las técnicas artísticas resumidas en 3 plantas. En ninguna clase teórica aprendí tanto como en este museo.

Además, por esta época el Thyssen (conjuntamente con la Fundación Caja Madrid) acoge la exposición temporal Las lágrimas de Eros, que nuevamente está organizada de una manera que considero muy acertada: se elige un tema genérico, en esta ocasión la relación del amor y la muerte en el arte, y se exponen obras de épocas y estilos diferentes sobre ese tema. Es muy ilustrativo porque da a entender de qué variada forma se puede expresar lo mismo, y se observa también la evolución del arte. No sé muy bien qué pinta el vídeo de Beckham echándose una siesta, pero todo lo demás de la exposición me pareció realmente interesante.

1 comentarios:

Chi dijo...

Si yo fuera Selene y me encontrara a Beckam echándose una siesta también suplicaría a Zeus que lo sumiera en un sueño eterno para poder contemplarlo eternamente
;)