Irse a esquiar un fin de semana es todo un reto, pero se puede convertir en un viaje mucho más divertido si te equivocas de hotel y lo reservas a 170 kms de distancia de donde hubieras debido; la cosa se complica si encima Pas de la Casa es el último pueblo de Andorra, todavía más lejos. Pero no pasa nada, ya que estábamos, Ricardo el snowboarder y yo el esquiador principiante nos lanzamos a la aventura de conocer Andorra en un viaje exprés.
Muy ilusionado por esquiar en una estación nueva, aunque tuviera que volver al hotel a por la documentación ya que no se pueden alquilar esquíes sin dejar el DNI. El fin de semana pilló con poca nieve, pero nunca imaginé que hubiera tan poca que sólo estuvieran abiertas pistas rojas y negras (las más difíciles), yo que por lo máximo que me había tirado era por una azul... Así que tocaba armarse de valor para bajar por esas empinadas cuestas... y levantarse de las innumerables caídas. Remonte arriba (sin dar bastonazos a la señora de al lado, claro), y poco a poco cogiendo confianza y controlando más los esquíes. Y si alguna vez me perdía de Ricardo... bastaba con dar un toque al móvil para quedar en el lugar convenido (si no te olvidas el móvil en el baño del hotel, claro).
Al acabar la jornada de esquí, toca guardar el equipamiento en las taquillas del hotel (sin cerrar el candado en la taquilla del de al lado, claro). Duchita (sin mojar la toalla con el grifo, claro), siestecita sin moverse mucho para evitar los muchos lugares doloridos y vueltecita por el pueblo siguiendo las recomendaciones la recepcionista (ligando con ella sin la boca llena de chocolate, claro). Tras poner el correspondiente ticket de zona azul al coche (sin olvidarse la llave en la habitación, claro), conocimos trabajando bien en equipo la ambientada noche pasdelacasiense, especialmente el Déja Beer del que nos hicimos clientes habituales.
Un viaje con muchas anédoctas y en el que todo salió a pedir de boca... hasta el tiempo nos acompañó y aunque el lunes de regreso se cerraron muchas de las carreteras españolas, nuestra vuelta por la A-2 no tuvo mayor dificultad (después de haber comprado las cadenas para el coche, claro).
Tatatito, Tati, Tati
lunes, 4 de enero de 2010
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 13:25
Etiquetas: 005.Viajeros, 200.Europa, 213.Andorra, 802.Promoción29
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