La nueva aventura se llama Canorafting y el nuevo escenario se llama Cañón del Ebro. Esta actividad se enmarca dentro de las de descenso rápido de ríos, y es un derivado del rafting. A diferencia de éste, la balsa no es de seis personas sino que se utilizan canoas biplaza del mismo material que la balsa del rafting. Al ser de este material tan flexible y más estrecha, la sensación de velocidad es mayor que en el rafting.
El paisaje del Cañón es tremendamente bello, pues los páramos se ven cortados por grandes desniveles al paso del río Ebro. Las aguas descienden a gran velocidad mientras 100 metros más arriba los buitres vigilan en su característico vuelo circular. El camino comienza en Quintanilla-Escalada, y en esta ocación el Ebro bajaba con más agua que nunca. El peligro no es mucho y tras unos primeros rápidos, asistimos a la confluencia de los ríos Ebro y Rudrón que ofrecen unas singulares cascadas donde poder hacer una pequeña parada.
De ahí el camino desciende hasta Pesquera de Ebro, final del recorrido tras casi 3 horas de descenso. La actividad está bastante bien, pues combina la emoción de los rápidos con momentos de relax para poder hacer el tonto sobre las canoas: abordajes, remar de pie, remar desde el borde para levantar la canoa sobre la superficie... Siempre sienta bien hacer nuevas aventuras y que te lo pases de lujo.
Canoraft por el Ebro
domingo, 25 de julio de 2010
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 18:53
Etiquetas: 002.Aventura, 100.España, 120.Castilla y León, 121.Burgos, 800.Ruta Quetzal
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