Más de 18 años han pasado desde que bajase el telón de la Expo, tiempo tras el cual la función acabó para siempre y sus escenarios fueron llenándose de polvo en un letargo eterno. Desde 1992, mucho directores para tan poco teatro, 18 años en los cuales no se ha alcanzado la madurez, y maravillas fueron cayendo en el olvido y la descomposición hasta su inutilidad absoluta, como el monorrail, las estaciones del telecabina, la fastuosa cabalgata, los jardines, las pérgolas de agua, la bola gigante, el Palenque, la estación del AVE y un largo y triste etcétera. Pues es penoso comprobar lo que se tenía y lo que queda, y cómo Lisboa ha convertido su expo en un flamante Parque das Naçoes, limpio, reciclado y abierto, y como en Sevilla cuesta no tropezar con alguna baldosa suelta dentro de los barrotes blancos que enjaulan la Cartuja.
El mal está hecho, ahora toca no hacerlo aún peor. Por eso son plausibles las inciativas de abrir espacios como el flamante Jardín americano, recuperando los espacios del antiguo Pabellón de la Naturaleza de la Expo junto al margen derecho del río Guadalquivir. Un lugar único que se debería promocionar con orgullo, pues sus 3 hectáreas acogen más de 350 especies de plantas diferentes, la mayoría provenientes del continente americano. El jardín se ha concebido para uso y disfrute peatonal o ciclista, y se divide en diversos ambientes que recrean las condiciones necesarias para que ese tipo de plantas se desarrollen en Sevilla. Así, sorprende un umbráculo cuyo techo formado por láminas de madera dejan pasar más o menos la luz dependiendo de la flora a la que afecte; o el jardín de las pameras, el de los cactus, el lago y sus cascadas, la esclusa, las reutilizadas pérgolas o el jardín de ribera.
Además, se ha creado una plataforma de madera flotante, para circular a pie o en bici y disfrutar de ambas orillas del río desde una perspectiva diferente. El jardín americano es todo un acierto, y demuestra que en Sevilla aún quedan tablas para montar otra buena obra, como el pabellón de la navegación, la torre Schindler y otros, atrezzo idóneo todavía entre bambalinas para un necesario revival que apasione de nuevo al desencantado público.
Recuperemos la Expo
viernes, 14 de enero de 2011
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 16:11
Etiquetas: 006.Lugares, 100.España, 110.Andalucía, 113.Sevilla
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1 comentarios:
El jardin americano lo han hecho unos prfes de mi facultad!!!
Les ha quedado super bien, verdad?
A Calvin le encanta!
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