El corazón de la medina

domingo, 25 de noviembre de 2007


Los zocos son vitales. La vida de la medina (el centro de las ciudades árabes) se articula al ritmo que palpita su zoco. De día el zoco alcanza su máximo esplendor. Es una experiencia sin igual para nuestros sentidos por su conjunción caótica de colores, olores, sabores y sonidos. La vista se deslumbra con las miles de tonalidades de las babuchas, carteras o chilabas perfectamente ordenadas; el olfato se desarrolla con los aromas de las especias o los tajines recién preparados; el gusto se deleita con la amplia variedad de frutos secos o las mazorcas de maíz aún humeantes; y el oído trata de asimilar el rumor constante del tráfago urbano formado por vendedores que vociferan o las motos y bicis que circulan endiabladas.

Cuando el zoco deja de latir, la ciudad resta en un profundo letargo. Los viernes, en su día sagrado, y por las noches, los puestos cierran y la medina parece otra: calles más anchas, gatos en lugar de personas, silencio en lugar de bullicio. Te sientes diferente sin atosigamientos y sientes de verdad que la ciudad ha cambiado.

Y así será hasta que a primera hora el zoco vuelva a palpitar y la ciudad recupere su corazón. Al fin y al cabo, "corazón" camufla en su interior la palabra "zoco".

2 comentarios:

Cayetano Ruiz de Alarcón Quintero dijo...

Me encanta este tipo de sitios y los olores y el ambiente que se siente, aunque en lo más parecido que haya estado es en el mercado que se organiza en el centro de Granada, ciudad que por otra parte me encanta.
Bueno, que para el próximo viaje ¡¡¡¡me apunto!!! que estoy harto de que me pongáis los dientes largos... ¬¬ .

Camaleón.

Hanah M. dijo...

Que buenas fotos hace la ratita...


ejjejejeje


PD: modifica las entradas xa q aparezcan n una ventana aparte plis