La primera vez que visité la cascada grande del Martinete, en la Sierra Norte de Sevilla, me quedé atónito pensando en que un lugar como aquél pudiera existir en uno de los lugares más secos de España. Sin embargo, allí estaba, a apenas una hora en coche de mi casa.
La postal parecía más propia de un lugar tropical como Costa Rica. Una cascada de unos 8 metros de altura, que deja caer su chorro de agua a una inmensa poza de aguas azules, rodeada de paredes de piedra y vegetación que aislan el lugar, y un hueco por el que penetran los rayos del sol que dan al paisaje un toque más místico.
La cascada forma parte de un conjunto de tres torrentes que va formando el río Huesna (o Huéznar, no está claro el nombre), que crece un par de kilómetros más arriba. Las dos primeras son de fácil acceso y están señalizadas con un camino; sin embargo, la tercera, la más impresionante, está un poco más escondida y hay que saber que existe para encontrarla.
El otro día fui a visitarlo con mis niños de la Ruta Quetzal y, a pesar de estar en pleno julio, el río mantenía el cuadal de agua suficiente para preservar ese gran espectáculo natural. El bañito fue ritual, y el agua estaba tan fresquita que nos hizo olvidar el sofoco que provoca el calor estos días por Sevilla.
No hace falta cruzar el charco para ver sitios que te dejan perplejo; y es que a veces, sin darnos cuenta, infravaloramos lo que tenemos cercano.
Como en Costa Rica
sábado, 5 de julio de 2008
Publicado por Lince, viajero de culo inquieto en 22:28
Etiquetas: 001.Naturaleza, 100.España, 110.Andalucía, 113.Sevilla
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3 comentarios:
El río es el Huéznar. El pantano es el Huesna.
Me he planteado muchas veces eso que dices...yo pienso que es bueno salir al extranjero y cuantos más sitios conozcamos mejor...pero tanto viajar y viajar y a veces no somos coscientes de los qtenemos a menos de dos horas de casa...
felix!!!!
llévame a este sitio!!!
quiero bañarme ahí!
besos de colores
Olga***
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