Un país de película

sábado, 2 de febrero de 2008

Viajando por Costa Rica uno tiene la sensación de estar viviendo un "déjà vu". No es infrecuente que, boquiabierto ante la exhuberante naturaleza que el país ostenta, vengan a la mente fotogramas concretos de parajes que en algún momento nos llamaron la atención en películas de Hollywood.

La frondosa vegetación del Parque Nubotrópico (en la zona de los Santos) me recordó a la serie Perdidos. A través de sus inmensos árboles de 50 metros de altura de los que pendían interminables lianas (que hubieran hecho las delicias de Tarzán) y de sus estrechos senderos embarrados y rodeados de una flora inverosímil, nos sentimos como Jack y el resto de supervivientes del vuelo 815 huyendo del misterioso humo negro.

En ocasiones el tiempo parecía haber retrocedido 65 millones de años, como en Parque Jurásico. Los reptiles, como los cocodrilos o las iguanas, tenían aspectos primitivos, como de otra época. Sus colmillos, su pausada forma de desplazarse, su escamosa piel y su mirada penetrante los convierten en seres misteriosos que en nada parecen coetáneos a los humanos. Y los pelícanos, en su sigiloso vuelo en círculos sobre las aguas del mar y en su vuelo en caída libre en búsqueda de la presa deseada, asemejaban a los pteranodones, los reptiles voladores que a menudo categorizamos como dinosaurios.

Otro ejemplo lo viví en el Parque Nacional Rincón de la Vieja (al norte del país, casi rozando con Nicaragua), donde las enormes raíces de los árboles, innumerables y retorcidas hasta más allá de donde alcanzaba la vista, y las curiosas formas de los troncos (en la mayoría huecos por el efecto de una especie que los recubre llamada "matapalos") me recordaron a El señor de los anillos (he de decir que a Alfredo le recordó a La misión, pero no puedo comparar porque me quedé dormido con esa película).

Pero, por mucha ficción que haya visto, no es en absoluto comparable a la realidad verde de este país.



También podríamos hablar de James Bond, pero ese es ya otro tema...

1 comentarios:

Cayetano Ruiz de Alarcón Quintero dijo...

sí sí muy bonito, pero yo tengo dos botes de pelotas de pádel nuevas.......