Madrid bajo tierra

sábado, 17 de octubre de 2009

Cuando bajas al subsuelo para subirte a él, el cierre de puertas da paso a un símil de lo que es Madrid. La vida en el metro refleja en parte lo que ocurre encima de los túneles. El metro parece la ONU: no habrá vagón en el que no haya rumanos, chinos, sudamericanos, nacionales o guiris. Desde mi lejana parada en la Alameda de Osuna, los viajeros van entrando poco a poco en los vagones, peleando por los asientos libres cuando alguien ha llegado a su destino.

En el metro la gente se mezcla, se iguala: no hay marcas caras de coche que los diferencien, todos luchan por no perder el equilibrio. Los largos trayectos se salvan de muchos modos: la lectura o la música en los cascos son las opciones predilectas; también es frecuente que en alguna parada un músico en ciernes se suba y cante (a menudo con poco arte) alguna cancioncilla en busca de una propina.

La gente se agolpa en el vagón, y el viaje entre estación y estación es un paréntesis de tranquilidad en la ajetreada vida madrileña. Pero todo concluye con el anuncio de la llegada al destino: la masa se mueve, busca hueco, se prepara para la salida, y la apertura de puertas marca el inicio de una nueva carrera por salir cuanto antes y volver a las prisas que caracterizanlos hábitos madrileños.

Hoy, 17 de octubre, el metro de Madrid cumple 90 años. En todos esos años, el subterráneo ha evolucionado desde la primera línea inaugurada por Alfonso XIII entre Sol y Cuatro Caminos hasta convertirse hoy en el tercer metro más largo del mundo, con 16 líneas, 310 kilómetros de vías, con infinidad de correspondencias entre las líneas (casi todas se comunican con todas) que es lo que de verdad le da utilidad, o con la asombrosa cifra de 335 trenes funcionando al mismo tiempo. Toda la ciudad y exteriores está conectada, y en un futuro la expansión aún será más impresionante. Un ejemplo de movilidad y de un proyecto bien hecho.

2 comentarios:

Unknown dijo...

No sabía que era el tercero mas largo del mundo, ni que ya tenía 90 años, que curioso! Y el nuestro aun no ha cumplido ni un añito.

I-bai dijo...

Que bonitas sensaciones, felix!

Ibai