Perdone, ¿el avión para Estados Unidos?

jueves, 28 de abril de 2011

Estando en el mostrador de facturación de Iberia, se acerca una señora con cara de despistada y le pregunta a la azafata: "Perdone, el avión para Italia, ¿es aquí?". No me quiero ni imaginar los dramas que pasaría esta pobre mujer si tuviera que soportar todos los trámites que hay que seguir para ingresar en Estados Unidos. El viaje de tu casa a suelo americano es una carrera de obstáculos engorrosa, exagerada y, en muchos aspectos, innecesaria.

El camino más sencillo para acceder al país es ir como turista (menos de 3 meses). Si vienes de España, antes de ir al aeropuerto hay que solicitar (y pagar) la ESTA, una autorización que te otorga el gobierno americano imprescindible (aunque no determinante) para entrar al país. Una vez en el aeropuerto de salida, hay que hacer la facturación. Le azafata me pide los datos de la ESTA, específicamente donde voy a residir en primera instancia cuando llegue a USA. Le doy la dirección, pero me falta un dato esencial: ¡el código postal de mi hospedaje!. Y me dicen que sin ese dato no me dan la tarjeta de embarque. Santo Internet en el móvil, si no pierdo el avión y me quedo en tierra.

Una vez pasados los filtros habituales, siguiente obstáculo: una señorita de la compañía con la que vuelo, en mi caso American, me tiene que hacer preguntas cruciales para la seguridad, del tipo: ¿Llevas baterías o pilas? ¿Cuánto hace que compraste tu cámara? ¿Dónde y cuándo has hecho la maleta? ¿Te ha ayudado alguien a hacer la maleta?.

Después de responder, te dan un formulario de aduanas, para rellenar y entregar en destino. Nuevamente, las preguntas no tienen desperdicio: ¿Has visitado últimamente una granja o pradera? ¿Traes contigo tierra? ¿Portas agentes de enfermedades?

Para ir a Estados Unidos hay que hacerlo con tiempo. Se requiere estar una hora y media antes de la hora de salida del avión en el mostrador de embarque. Eso sí, antes de entrar, la misma señorita de antes tiene que rematar su investigación: ¿Con quien estuvo su equipaje de mano mientras esperaba? ¿Le ha metido alguien algo?

Antes de aterrizar, en el avión ponen un vídeo con los siguientes pasos a llevar a cabo en el aeropuerto americano. Primero, el control de pasaportes. Más de media hora de cola para que un agente federal te haga otro exhaustivo examen: ¿De dónde vienes? ¿Cual es el motivo de su visita? ¿Cuánto tiempo te quedas?; además de hacerte un escaneo de ojos, una foto, te pillan las huellas dactilares...

Ya queda menos, un último paso: el control de aduanas. Un agente al que entregarle relleno el papel de aduanas, con el miedo a una posible revisión eventual de tu equipaje y de que lleves algo que no has declarado. Yo llevaba una tableta de turrón de Alicante que por supuesto no había declarado, ni imaginarme quiero el haber tenido que explicarle al agente qué era aquella cajita envasada al vacío. Finalmente, me permite la salida: Siga la línea de puntos verdes (si me llega a decir que siga la de puntos rojos me hubiera asustado).

Por cierto, igualito que la vuelta a España. Ni un solo papeleo ni tanta tontería, y cuando recojo la maleta en Alicante me dice el guardia civil:
"¿Ereh ehpañó?" "Sí"
"¿Llevah argo dentro?" "No"
"Venga, se sale por ahí"

Así da gusto.

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