Tutifruti

domingo, 20 de enero de 2008

Siempre me ha hecho mucha gracia la palabra tutifruti, genuina de nuestra lengua y sin parangón en ningún otro idioma (aunque parezca italiana). Se usa para el clásico helado de frutas variadas, y aquí la utilizo para describir la interminable miscelánea de este tipo de alimentos que se puede encontrar por Costa Rica en los supermercados o en cualquier puesto callejero. Sin duda, las particularidades climáticas (lluvioso, soleado y con una temperatura siempre constante y agradable) hacen que sea un lugar propicio para la proliferación de frutas. La macedonia incluye sabores clásicos como fresas, plátanos y bananas (éstas más pequeñas que aquéllos), uvas (que tan bien nos vinieron el día de fin de año), sandías, cocos (que se pueden coger directamente de las palmeras de las playas, listos para consumir), manzanas, naranjas o piñas (aunque allí estén mucho más sabrosas), pero en nuestra estancia americana no perdimos la oportunidad de probar todo aquello que nos resultase exótico.

Papaya. De forma alargada, parecida a un balón de rugby deforme, y de color rosa en su interior. Extraña su sabor al principio pero cuando te acostumbras está deliciosa. A pesar de su gran tamaño, es muy barata (no más de un dólar) y es muy refresante si se toma en zumo.

Granadilla. Una fruta de lo más curiosa. De aspecto anaranjado por fuera, se abre como un huevo Kinder (su piel es dura) y en su interior te encuentras la sorpresa: unas pequeñas bolas negras rodeadas de una sustancia viscosa que recuerda a huevos de renacuajo. Una vez pasada la desagradable primera impresión, los osados que la prueben quedaran satisfechos de su exquisito sabor.

Mango y manga. El mango es bien conocido por nuestros lares, pero su mujer, la manga, apenas existe. Es un fruto similar, también carnosa y de sabor dulce, aunque de mayor tamaño que el mango.

Guanábana. Es una fruta similar a la chirimoya, muy popular en el país como refresco, en zumo o en batido.

Carambola. La fruta bonita, pues su piel es de color amarillo y su forma muy curiosa: si se hace un corte transversal, aparece una estrella de cinco puntas. Se usa mucho en decoración de alimentos y su sabor es bastante ácido.

Maracuyá. La probé en zumo, y sin duda su sabor fue el más delicioso de todos los que degusté.

Café. Resulta raro ir a un cafetal y descubrir que su fruto se come directamente: la semilla del café está rodeada por una sustancia pulposa que contiene miel y que resulta exquisita a los paladares.

Y aún quedan más como el mamoncillo, el pejibaye, el zapote, el cas, la guayaba o el jocote, pero estos los reservo para el seguro próximo viaje a Costa Rica.

1 comentarios:

Marta dijo...

liiiiinch...espero tu llamada ansiosaaaaaaaaaa