En Monfragüe, buitres negros

jueves, 26 de junio de 2008

Fue Extremoduro, hace ya muchos años, quien me enseñó que Monfragüe era un parque natural con abundancia del buitre negro, esa especie que, como muchas otras en el mundo, está poco a poco extinguiéndose. En uno de mis trayectos en bus al parque leí con agrado en la revista National Geographic de marzo que los buitres negros han pasado de contar con 200 parejas hace 30 años, a las casi 2000 parejas actuales, que garantizan la superviviencia de la especie en un futuro a medio plazo.

Era sin duda una buena noticia. Sin embargo, en el centro de interpretación del parque (que desde marzo de 2007 ha subido a la categoría de Parque Nacional) nos comentaron que en nuestra excursión difícilmente veríamos a estas gigantescas aves, las mayores del país (su envergadura alar puede alcanzar más de 3 metros), puesto que suelen anidar en árboles y nosotros iríamos a ver el mirador del Salto del gitano (un gran cortado de piedra) donde se asientan otras especies diferentes, como los buitres leonados, los alimoches o la cigüeña negra, de la que quedan apenan 30 parejas.

El salto del gitano es una formación natural espectacular. Un gran bloque de piedra separado de otro más pequeño por las aguas del río Tajo, que como casi siempre en estos casos de pie a numerosas leyendas, como la que habla de un gitano que, siendo perseguido por la policía, llegó a la cima de la montaña y se paró a los pies del acantilado mirando desde el infinito al río. Al poco llegó la policía que, con gran asombro, no encontró a nadie, por lo que dedujo que el gitano había saltado desde allí y había desaparecido. Se cuenta que el gitano logró escapar, lo que no se sabe es si del brinco consiguió llegar al otro lado.

La sensación en el mirador es espectacular, con cientos de aves a un ritmo continuo saliendo de los agujeros de la roca y sobrevolando a escasos metros por encima de nuestras cabezas, en círculos como buscando alguna carroña. Alguno de mis viejitos pasó verdadero pavor pensando en que los buitres se pensaran que, al ver tanto pellejo, ya alguno hubiera estirado la pata. Tuvimos suerte de coincidir con personal del parque que estaba haciendo observaciones de la fauna, y que amablemente nos permitieron usar su telescopio para ver más de cerca qué estaba pasando en la gran roca. Sólo así pude tener la satisfacción de contemplar una cigüeña negra dando de comer tranquilamente en su nido a sus crías (esperemos que aumente la población pronto). Me sentí afortunado pues, al final, algo negro pude ver.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

UAAAUU El año pasado en un lugar llamado sierra de gredos, en concreto en la cima de la mira vimos un buitre, posado que echo a volar, a 100 m de nosotros, es increible... Y para cigueñas negras, cuando quieras te llevo a la cañada de los pajaros, donde somos voluntarios Carlos y yo, y hay unas cuantas de cigueñas negras. Eso si, yo solo he visto una volando, y fue magnifico, ver una bandada de cigueñas blancas rodeando a una negra, ;) Es preciosoo....(eso fue este año, en una excursion con la SEO, a la que fuimos con la tropa)
Pues eso, un besote guapoo
ro
PD: Gracias por llevarme a Monfrague, Cáceres, Marruecos, Alemania... A través de este blog. ;)