Acho, ¡qué precios!

domingo, 29 de junio de 2008

Una vez, un compañero le quería indicar a un amigo de Cáceres dónde se encontraba el hotel en el que nos hospedábamos para hacernos una visita. Cuando le indicamos que dormíamos en el Hotel Iberia, se quedó igual que si no le hubiéramos dicho nada. Pero enseguida reaccionó cuando le añadimos nos encontrábamos enfrente del Franki. "Ya sé dónde está", nos respondió. En otra ocasión, un viejito se puso malo y tuvimos que llevarlo en taxi al hospital. El taxista también desconocía donde se ubicaba el hotel, y de nuevo, recurriendo al comodín del Franki, acertó a recogernos.

Y es que el Franki es todo un referente en Cáceres. No se trata sólo de una simple tienda de ropa; es, sin duda, la tienda de ropa más barata que he visto en mi vida. Allí, dispuesta en pasillos como si un mercadillo fuese, se puede encontrar de todo a unos precios difíciles de creer. Pijamas a dos euros, pantalones a 5 euros, lotes de calcetines o calzoncillos a un euro... Y es que es tan barato que hasta yo he sucumbido: unas chanclas, 1,80.

El Franki siempre está lleno de gente que revolotea todo lo que encuentra a su paso. Es el paraíso de mis viejitos, el lugar ideal donde comprar un detallito gastando poco, y me divierte ver cómo miran una y otra vez el escaparate cada vez que pasan a su lado, o cómo, todos los días antes de que abran, a eso de las 10, ya hay alguno esperando en la puerta para entrar los primeros.

Es un espectáculo digno de ver y es fácil encontrarlo. Si no se sabe dónde está, basta con llamar a un taxi y decir: "Quiero ir al Franki".

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