De cara al mar

jueves, 28 de agosto de 2008

Después de haber vivido en varias ciudades inglesas (Hull, Ramsgate), puedo decir que Portsmouth es una de las que mejor sabor de boca me ha dejado. Y eso a pesar de que urbanísticamente no aporta mucho al esquema archirrepetido de urbe británica: calles alargadas, viviendas unifamiliares adosadas con pequeño jardín mal ciudado delantero y uno mayor trasero, con una vidriera frontal con cortinas pero sin persianas (¿para qué?, si apenas hace sol), amplísimas zonas de césped para practicar todo tipo de deportes, calle céntrica peatonalizada donde se ubican las principales firmas comerciales (menos mal que no faltan nunca Primark ni Sport World), cementerio de lápidas de piedras (que te encuentras de repente en cualquier lugar al torcer una calle), con aspecto mohoso al igual que los ladrillos de las casas...

Pero Portsmouth me ha aportado muchas cosas novedosas. La ciudad vivía de cara al mar, pues dependía de él en su pasado cuando su puerto militar era uno de los más importantes para la implacable armada británica (la Royal Navy). Reminiscencias de ese pasado bélico se observan aún en estatuas de soldados o almirantes que se hallan esparcidas por sus calles; en varios de sus museos, como el Museo del día D (sobre el desembarco de Normandía, no sobre los días temáticos de los campamentos scout), el museo naval, y los barcos de guerra HMS Warrior o HMS Victory, restaurados y en perfecto estado para su visita; o en la fortaleza defensiva que la separa en algunas partes de las aguas del Canal de la Mancha.

Y la ciudad vive aún del mar, pues su puerto, hoy comercial, mantiene líneas regulares con muchas zonas de Europa, como Bilbao. Además, Portsmouth tiene playa, de chinos gordos pero playa al fin y al cabo, y buena parte de sus 189.000 habitantes aprovechan cualquier rayo de sol (haberlos haylos, pero pocos) para hacer una escapada al mar a ver si oscurencen su piel color leche. Y reflejo de su importancia hoy en día es que en 2005 se construyó la impresionante Spinnaker Tower, 170 metros en forma de vela de barco, como no podía ser de otra manera.

Cuando Charles Dickens nació allí en 1812, la ciudad respiraba un aire bélico fruto de la época en la que vivió. Hoy, los únicos aires bélicos que he soportado en Portsmouth han sido los del fuerte viento que nos ha azotado durante la mayoría de nuestra estancia allí, provocados, cómo no, por el omnipresente mar.

Añado como novedad al blog los álbumes de fotos, de momento sólo de Portsmouth aunque pronto pondré más para que se puedan ver muchas de mis fotos (no todas que son demasiadas). Se pueden ver como presentación y lo más chulo es que algunas están enlazadas a un mapa, para que se vean dónde se tomaron exactamente.

Y, por supuesto, el vídeo que merece:

3 comentarios:

Anónimo dijo...

VAYA GUAY!!Con tus videos promocionas muy bien las ciudades a las que vas!! Me ha encantado la carta giganta. Un besito culo inquieto
rota

Cayetano Ruiz de Alarcón Quintero dijo...

De la ciudad de Hull todo el mundo sabe que son las celebridades, Hull Jogan, y el increíble Hull. Amenazo con lanzar realmente el blog conejosdelince.blogspot.com

¿tú qué opinas?

Lince, viajero de culo inquieto dijo...

Sin duda, ambos nacieron allí, son los dos los ídolos locales en Hull.

Respecto al blog, todo el mundo sabe que los linces se alimentan de conejos, ¿no? Muy acertado, entonces :P

lynx