¿Habrá calefacción en La Peineta?

martes, 16 de diciembre de 2008

Ayer fui al fútbol, pero no a jugar, sino a verlo. Aprovechando que el Betis visitaba la capital, mi amigo Iván me consiguió un carnet de socio para entrar en el Calderón y disfrutar del partido. Me gusta mucho hacer turismo futbolístico, y aprovechando que ahora vivo en Madrid, no podía desaprovechar esta oportunidad.

Mi parada de metro, la última de la línea verde, me deja directamente en el estadio, y es gracioso comprobar cómo los vagones se van llenando cada vez más de aficionados del Atlético de Madrid conforme te acercas a Pirámides, la parada correspondiente. El viaje se ameniza con personas que llevan bufandas y gorros a rayas, camisetas de fútbol por encima de los chaquetones y cántico pro Atleti (por una vez, se oye música en el metro sin que nadie pida dinero por ello).

Antes de entrar nos tomamos Iván y yo una cañita (hay que acostumbrarse a que en Madrid no se piden "cervecitas") con su tapita y, a pesar de que quedaba poco tiempo para que empezase el partido, no hubo mucho agobio de colas masivas (como sucede partido tras partido en los tornos del Ruiz de Lopera). Regresaba de nuevo al campo donde vi ganar al Betis la Copa del Rey en 2005.

El Vicente Calderón es un estadio extraño. Está considerado un 5 estrellas, aunque a mi modo de ver le sobra alguna. Es amorfo por naturaleza, pues no está cerrado por completo sino que tiene un par de aperturas entre las zonas de gol y preferencia; la M-30 pasa por debajo de su grada principal; y el acceso a las gradas sigue un complicado sistema de números y de palabras tan feas como la de "vomitorio". Quizás por ello (o por razones económicas), justo el viernes el presidente del Atleti Enrique Cerezo firmó con Gallardón el acuerdo para mudarse al estadio de La Peineta (que queda cerca de mi casa) y vender los terrenos actuales.

De ello se hablaba en el Calderón, pero sobre todo los colchoneros tenían un aliciente mayor: si ganaban al Betis, se ponían, después de mucho tiempo, por delante del eterno rival. Los aficionados no lo olvidaron y le dedicaban al Madrid sus "mejores" cánticos (especialmente cariñosos para Guti). También había representación verdiblanca; de hecho, justo detrás mía una señora me contó que ella era bética desde "chiquitita" porque su padre era del Betis y, a pesar de estar casada con un hombre seguidor del Atlético de Madrid, ella no perdía sus raíces y anhelaba la victoria verdiblanca. Una aliada mía. Nunca dejaré de sorprenderme dónde se puede encontrar a un bético.

El partido no tuvo mucha historia, y el juego del Betis me dejó aún más frío de lo que estaba. Porque si algo tengo que destacar de esta experiencia, es el tremendo frío que pasé allí a la intemperie. No sé si tenía que ver el estar en la grada superior, o el aire que entraba por las dos aberturas del campo; quizás influya la proximidad del río Manzanares; pero el caso es que Iván me advirtió que no me abrigase del todo en la primera parte, pues en la segunda iba a ser aún peor y tenía que reservar algo. Menos mal que le hice caso, porque efectivamente, a las diez de la noche, la temperatura bajaba y bajaba y, a pesar del gorro, la bufanda y los guantes, no me sentía ni los dedos. Entonces entendí porqué el estadio estaba medio lleno (apetecía verlo en casita y por el Plus). Parece que al estadio 5 estrellas le falta calefacción.

A pesar del frío, fue una experiencia interesante. El resultado, por supuesto, es lo de menos.

2 comentarios:

JOSÉ PABLO GARCÍA dijo...

Buena crónica, pero un tanto subjetiva, bético!No te parece?Si, ese estadio es mágico, y de cinco estrella porque no esta en Dubai, que sino sería de 7!Mucho Atleti, y mucha suerte en lo que queda de liga pa´el betis.

Juanje dijo...

Bueno bueno, viéndote por el Calderón ya sabes cuál será mi pregunta, no???

Para cuándo una crónica de culo inquieto por el Bernabeu?? y así podré saber algo más de como es el estadio de mi equipo desde una mirada amiga, jijiji.

Un abrazo, y hasta dentro de unos días!