Tierra de buen comer

viernes, 27 de marzo de 2009

Tenemos la suerte de vivir en un país donde se da mucha importancia a la comida: se aprecian los alimentos y el comer es un placer. El pasado puente estuve en Asturias y me planteé como objetivo probar esos productos típicos como les fabes, el cabrales o la sidra que tanta fama tienen. Cindo días me dieron para degustarlos, repetir y descubrir nuevos secretos de su gastronomía.

Les fabes. Es el plato por antonomasia. Todos los restaurantes lo ofrecen; incluso hay algunos que las cocinan exclusivamente: tienen tanto éxito que no necesitan de más comidas para obtener clientela. Las fabas clásicas (no confundir con la fabada) se componen de alubias blancas y un acompañamiento a base de productos derivados del cerdo (morcillas, chorizos...) que se donomina compango. Es un plato muy pesado y me dejó el estómago tan orondo que costaba reconocerme. Respecto a lo que dicen que ocurre después de tomar les fabes... pues sí, no es mentira.

El pote. Muchas personas cofunden el pote con las fabas, cosa lógica pues ambos llevan alubias. Pero el pote se hace de forma diferente, pues las cuecen con verduras y hortalizas. Básicamente, con patatas y berzas, las cuales están muy arraigadas en Asturias pues soportan muy bien el crudo clima de esta tierra. Me resultó mucho menos pesado que su pariente "fabil".

El pitu. Se confunde también con el pote, aunque en esta ocasión sólo por el nombre. El pitu es el pollo, que lo sirven con pimientos rojos. No está mal pero no es lo más ligero después de los copiosos platos de alubias que te sirven.

El arroz con leche. Antes de estar en Asturias no sabía que este postre tan típico es de los más populares de la región. Dicen que se diferencia en que es más cremoso porque se deja cocer el arroz más tiempo. Sea como fuere, estaba buenísimo.

El queso. En Asturias hay hasta 42 denominaciones de quesos puramente asturianos. Vacas y campo tienen de sobra y su leche es muy buena; supongo que de ahí saldrá tanta variedad. El que más me gusta es el Cabrales, un queso azul que presume de ser el más fuerte del país. En el puente lo probé en les Patatines al Cabrales, que se sirven con una salsa hecha a base del queso, nata y un poco de sidra... irresistible el rebañar con pan. Otro descubrimiento ha sido el queso de La Peral, que se elabora al norte de la región. Es también un queso azul pero un poco más suave que el Cabrales. Y uno curioso es Afuega'l pitu ("Ahoga el pollo"), uno de los más antiguos de Asturias que presenta dos versiones, en colores blanco y rojo. La diferencia entre uno y otro es que uno de los dos lleva pimentón, pero no diré cual... Me quedé con ganas de probar el Gamonedo, pero debido a los 30 euros que vale el kilo creo que esperaré algo más de un año para comprármelo.

La sidra. Esta bebida hecha con zumo fermentado de manzana es una razón de ser en Asturias. Existe todo un protocolo de actuación para beberla que me ha llamado mucho la atención. Se sirve fría y en botella de vidrio verde. El camarero abre su tapón de corcho y la sirve en vasos especiales, anchos y altos. Para ello, levanta la botella con una mano y en la otra agarra el vaso pegado al cuerpo con una inclinación determinada. Lo más difícil del proceso es que los buenos "chigreros" lo realizan sin mirar el vaso (guiándose por el sonido). El escanciado, si no se anda fino, mancha todo el suelo. Por eso los camareros no te dejan hacerlo a ti. De esta forma la bebida coge aire y su sabor mejora. Se llena el vaso muy poco, y hay que beberlo de un trago, pero no todo, sino dejando un culito que hay que tirar al suelo por el mismo lugar por el que has bebido (dicen que para limpiarlo), lo cual me costaba bastante hacerlo porque me parecía una guarrada. Y al cabo de un rato, el camarero se acerca de nuevo, te pregunta que si quieres otro "culín" y se repite el proceso hasta acabar la botella (lo cual no tarda mucho porque entre lo que cae fuera del vaso y el culito que se tira se va media botella sin beberla).

Después de toda esta panzada de comer, sólo puedo decir: objetivo cumplido.

3 comentarios:

Rodri dijo...

Siempre me ha parecido un desperdicio el escanciar la sidra... pagar para que un nota te tire media botella de sidra al suelo... ¿ondeváaaa?

Tendrán que mantener la teoría del "así sabe mejor" para vender más... xd

Ah, yo creo que el Gamonedo (vamos estoy seguro) sí lo has probado alguna que otra vez (en casa hemos tenido de vez en cuando, y Juan Carlos (el amigo de papá y de Manolo Blanco) nos ha traido queso de ese de ve en cuando también).

Es mi queso favorito, es la ostia, esta rebueeeeeeno!!! 30 euros el kilo no está nada caro eh! Que el Garcia Vaquero en el Carrefú vale veintipico!

Nooos veeeeeeemo!

Mawi dijo...

Mmmmm me apunto al arroz con leche, los quesos y la sidra!!

...pero el pote?? nunca podría comer una cosa que tenga ese nombre...

Rodri dijo...

pote = pota = popota = vaso de metal con que se bebe en los campamentos...