Tiempo de perros

domingo, 13 de septiembre de 2009

La profesión más frustrante en Escocia es la del hombre del tiempo. Ciertamente, en un lugar en el que las condiciones atmosféricas cambian cada 5 minutos no debe ser nada fácil acertar con una predicción general. De 15 días que he estado en Glasgow me ha llovido en 13, y el sol sólo ha brillado con fuerza en los otros dos restantes. Pero lo peor es el hecho de que el día empiece lloviendo no quiere decir que se vaya a mantener así. La impredicción está a la orden del día.

Así, lo primero que se hace en Escocia al levantarse es mirar por la ventana qué tiempo hace. Normalmente, te encontrarás un día gris con un cielo nublado y gotas de lluvia rebotando en los charcos del suelo. En función de ello, tienes que elegir qué vestimenta llevar para afrontar el día. Lo normal es calzarse las botas, un buen chubasquero y un paraguas que amaine la lluvia. Pero enseguida te das cuenta de que la lluvia es un chirimiri constante que hace incomodísimo el paraguas. De repente la lluvia cesa y aparece un tímido rayo de sol entre las nubes. La esperanza del buen tiempo dura poco: a los diez minutos se vuelve a nublar, o empieza a llover, o a ventear, o a clarear... para volverse locos.

Es muy difícil acostumbrarse al tiempo en escocia. Comprobé que la mejor solución era portar siempre una mochila en la que guardar el paraguas, el chubasquero y el chaleco por si en algún momento del día no hiciera falta. Los escoceses tampoco lo aceptan pero viven con ello. Es normal que miren al cielo y, dependiendo de la dirección y velocidad con la que se muevan las nubes, acepten si en un corto intervalo de tiempo lloverá o no. Y están bien preparados: hasta los gaiteros llevan unos impermeables especiales para que no se estropeen sus faldas. Ya se sabe que en UK pueden llover hasta perros y gatos...

0 comentarios: