Vitoria-Gasteiz, dos en una

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ya su nombre da mucho que pensar acerca de lo que significa esta ciudad. Un ejemplo de integración, una dualidad siempre presente en busca de una convivencia pacífica y armoniosa. Porque Vitoria no es sólo Vitoria, es también Gasteiz. Al contrario de lo que pensaba, Gasteiz no es el nombre en euskera de la capital del País Vasco. Gasteiz es el nombre de la primitiva ciudad medieval que se formó en lo alto de un cerro a la que con el paso del tiempo se fueron anexionando extramuros nuevos asentamientos que convirtieron a la aldea en villa y a Gasteiz en Vitoria.


Hoy ese cerro es el centro histórico de la ciudad, con una muy característica forma de almendra, con calles concéntricas con nombres de gremios otrora significativos, que poco a poco se van despoblando de su envejecida población para dar paso los inmigrantes. Unas escaleras mecánicas bien integradas en el conjunto tratan de evitar salvar los desniveles de las cuestas y la desertización del centro.


Vitoria y Gasteiz son dos en una, y dos es un número importante en la ciudad. Porque no tiene una sólo catedral, sino dos, la vieja gótica, estandarte de la céntrica almendra, y la nueva neogótica, en el ensanche. El ensanche es un gran espacio céntrico de calles amplias y en su mayoría peatonales, donde pasear siempre que no llueva o nieve es una delicia. Grandes plazas como la de la Virgen Blanca (con el monumento a la Independencia de España, de nuevo dos –doble sentido), la creada por Chillida para practicar juegos tradicionales (frontón, bolos, juegos rústicos) o la Plaza porticada con, nuevamente, doble nombre, Plaza de España o Plaza Nueva, dependiendo del partido político de turno que le toque gobernar.


La ciudad se prepara para sus fiestas, la primera semana de agosto. Los carteles nos lo recuerdan: Jai Zoriontsuak/Felices Fiestas. Nueva dualidad, castellano/euskera, que conviven en señales, nombres de calles, anuncios... incluso en las conversaciones de calle. Vitoria también apuesta por el futuro y tiene recientemente dos, lógicamente, nuevos medios de transporte: el nuevo tranvía y las bicicletas de alquiler, con un curioso sistema protector que las envuelve para evitar el vandalismo.


Entre pinchos y zuritos por alguna tasca, me sorprende la cantidad de espacios verdes de la urbe, especialmente el Parque de la Florida, un auténtico bosque en pleno centro. Pero eso es poco comparado con lo que rodea a Vitoria. Alrededor de la ciudad se ha creado un anillo verde, aprovechando varios parques que la bordeaban, de forma que se puede circundar todo lo urbanizado entre pinos, lagos y ciervos. Todo un lujo.


Vitoria-Gasteiz es una gran ciudad, donde me da la impresión de que se vive muy bien. Quizás por ello la elijan los lehendakaris para residir, en el lujoso Palacio de Ajuria Enea. Sus otros 250.000 habitantes disfrutan de ella y de sus posibilidades. De sus dos, claro, equipos deportivos favoritos, el exitoso Tau y el ahora no tanto Alavés; de la fusión en una de sus dos cajas principales, Caja Vitoria y Caja Álaba que ahora son Caja Vital; y de sus dos, principales fábricas, la Michelín y la Mercedes. Un gran lugar para vivir donde no serás tentado a comer en un McDonalds: el único que había en el centro cerró por su escaso éxito. Ninguno mejor que uno; al contrario que Vitoria-Gasteiz: dos mejor que una.

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