Decían que el centro moriría

sábado, 1 de noviembre de 2008

El martes volvía de dar un paseo por el centro con Olga tan tranquilo con mi Sevici, seguro de llegar prontito a casa pues ya comenzaba a hacer fresquete. Pero algo me hizo retrasar mi marcha. De repente, una marabunta de gente ocupaba las calles Tetuán y Sierpes y me impedía avanzar. Cuando me di cuenta de que sortear personas era eterno además de más peligroso, terminé lo que me quedaba de calle andando sujetando el manillar de la bici con mis manos.

Me llamó mucho la atención la cantidad de gente que había en esos momentos en la calle, por ser un martes, por ser el día en el que empezaba a hacer frío en Sevilla, y por ser las siete y media de la tarde con la noche ya caída (justo la semana en la que hay que amoldarse al cambio de hora). Y me llenó de satisfacción sobre todo porque se trataba del centro.

Hace un tiempo las cabezas pensantes de la ciudad decidieron que Sevilla debería peatonalizar su casco histórico. En seguida surgieron las voces críticas oponiéndose a tal iniciativa. Pero, como siempre sucede en estos casos, las críticas venían del partido político opositor al precursor de la medida y de sus medios afines. No me extraña pues es la constante en un país como España donde políticamente sólo hay espacio para un dualismo totalmente perjudicial para el progreso de una nación: lo que propone uno lo critica el otro sólo por el hecho del origen de la idea, sin importar el beneficio de la duda y lo que es peor desde mi punto de vista, sin ofrecer soluciones alternativas. No porque sí.

El caso es que desde que se iniciaron los trabajos de peatonalización del centro, era frecuente leer en el ABC titulares como "El centro se va a morir" o noticias dedicadas a la futura pérdida de ingresos del Corte Inglés del Duque. El centro sin coches era igual al apocalipsis. O alguno que opinaba que las bicis en la ciudad serían el desastre urbano al quitar plazas de aparcamientos. Los coches no podían desaparecer. Aunque ennegrecieran la Catedral. Aunque no hubiera sitio para aparcar. Aunque los atascos fueran insufribles. Los cambios en Sevilla parece que son impensables.

Pues por todo ello me alegro de que, ahora, me sea imposible circular con la bici por algunas calles del centro. Decían que el centro moriría, pero la gente no sólo no ha dejado de pasear por él, sino que ahora van más. Sea por el tranvía, por las bicicletas, por las esculturas en las plazas o simplemente por pasear sin humos por un entorno incomparable, la avenida de la Constitución está siempre llena de vida. El centro de Sevilla ha vuelto a renacer y el proceso no ha hecho más que comenzar, pues se habla de peatonalizarlo en su totalidad. Más de uno se ha tenido que comer sus palabras aunque dudo de que lo reconozcan. Allá ellos. Yo, mientras tanto, ya he quedado mañana para darme otra vueltecita.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre me ha llamado mucho la atención que todas las obras (a lo grande) que se hacen en Sevilla han sido muy criticadas, supongo que es una de las funciones de la oposición. Por ejemplo, una vez que finalizó la peatonalización del centro y se vio que el resultado fue positivo se pasó a criticar las catenarias del tranvía. ¿Es que nunca llueve a gusto de todos?. Otro ejemplo claro son los problemas que están poniendo a las obras de la futura peatonalización de la calle Asunción, a mi parecer bastante positivas tanto para los comercios como para los habitantes de los Remedios, en su mayoria ansianos. Pues se están recogiendo firmas para que esto no tenga lugar. ¿Por qué ponemos tantas trabas antes que las haya?

Lince, viajero de culo inquieto dijo...

Al parecer la calle Tetuán fue en su día para coches y seguro que su peatonalización fue chocante al principio. Tan chocante como lo es pensar para mí ahora que en algún momento llegaron a circular vehículos por allí.
Y tengo una foto de la Catedral rodeada de coches aparcados. Algo impensable hoy.
Seguro que los de Asunción dentro de unos años mirarán con este mismo estupor las fotos de hoy en día de esta calle.

Unknown dijo...

Errata, quise decir ancianos...