Gracia en la calle

martes, 12 de febrero de 2008

Cuando llega febrero, un pequeño rincón del sur de España se revoluciona. La gente pierde la vergüenza y durante una semana se despreocupa de las superficialidades referentes a su impecable aspecto para liberar su mente de los tapujos de la dictadura de la imagen. Cuando llega el Carnaval, todo el mundo se disfraza en Cádiz. Por las estrechas calles del islote se concentra la mayor cantidad por metro cuadrado del mundo de Spidermans, vaquitas erguidas en dos patas o médicos que no han encontrado una vestimenta con algo más de originalidad. Desde ancianos con su bastón hasta los recién nacidos en sus carritos: nadie se escapa a vestir de forma diferente.

Pero en Cádiz el Carnaval no se vive sólo una semana. Los gaditanos viven su fiesta grande durante todo el año, cuando las agrupaciones empiezan a preparar sus melodías para participar en el concurso o los grupos de amigos empiezan a inventar de qué guisa irán vestidos al año siguiente.

La fiesta comienza el viernes con la final en el Teatro Falla, cuando los coros, chirigotas y cuartetos alcanzan su éxtasis si resultan ganadores. A partir de entonces, la gente se echa a la calle. El sábado la ciudad se abarrota de gente de fuera y a partir del domingo los gaditanos empiezan a disfrutar de su Carnaval. Ese día, los coros que han participado en el concurso zigzaguean en carrusel por las calles montados en bateas (una especie de carroza tirada por un tractor a la que se suben todos los componentes del coro) ofrenciendo a los que quieran escucharlo todo su arte, en forma de cuplés, pasodobles o tanguillos. Lo mejor de todo es que, a diferencia de oirlo por Canal Sur, por la calle las letras se entienden bastante y te hacen descubrir su encanto: no dejan títere con cabeza, y aprovechan cualquier hecho para sacarle la rosca necesaria para sacar una sonrisa. Este año, José Luis Moreno se ha llevado la palma. A menudo las letras son bastante críticas (en el fondo el Carnaval empezó siendo una fiesta pagana), y lo que más me llamó la atención es lo orgulloso que están de su tierra (a pesar de ser muy autocríticos), cómo la defienden y cómo la viven. Los impulsivos aplausos al final de cada canción eran buena muestra de ello, como este cuplé de la Orquesta de Cádiz.



Al margen de los participantes en las rondas del concurso, por la ciudad abundan los conocidos como "ilegales"(chirigotas de barrio) o parejas de amigos o individuos solos (en lo que se conoce como romancero) que, motu propio, elaboran sus propias letras, ensayan por su cuenta y se colocan en su esquina favorita de la ciudad para hacer reír a quién les quiera escuchar. Para mí, ahí radica la magia de esta fiesta. Después de esta visita, entendí con lógica el carácter que tienen los habitantes de esta tierra. Aquí deja una muestra de ello, los simpáticos componentes de la chirigota del Edén disfrazados de Adanes y Evas: 25 años seguidos cantándole a Cádiz.



Carnaval de Cádiz. Mejor fiesta 2008.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no fuera sio por mí.
Tu ahora mismito no estaría aquí...

La verdad es que echamos un buen día eh?
Me alegro que te gustara el carnaval. Para ser la primera vez que vas, le has cogido el sentido muy bien y muy rápido (eres un lince¡¡¡¡¡).

Muy bonito lo que has escrito. Enhorabuena¡¡¡

Nos vemos el año que viene en Cádiz.
Un besito
RocíoBaloo