Será por el cambio climático...

jueves, 7 de febrero de 2008

Hoy en día, escuchando la radio o leyendo los periódicos, parece que, mal que le pese al primo de Mariano Rajoy, el cambio climático está de actualidad. Lo malo es que parece que es el culpable de muchos de los males de nuestra sociedad. Algo hay, pero a veces se exagera y cualquier fenómeno anormal referente al clima se achaca al famoso cambio. Si hace mucho calor, la culpa es del cambio climático; si sufrimos el invierno más gélido que recordamos, se debe al cambio climático; y si llueve desmesuradamente, algo tendrá que ver el dichoso cambio. Eso nos pasó en Costa Rica.

Según las características del clima tropical, en Costa Rica no hay 4 estaciones, sino sólo dos, una denominada seca y la otra lluviosa. Todos teníamos preparados el bañador, la toalla y la crema solar, pues los 3 meses de estación seca comienzan en diciembre (a partir de marzo comienzan de nuevo las lluvias). Pero nuestro gozó se cayó al pozo, porque, para sorpresa de todos (los primeros los propios ticos) nuestra primera semana en centroamérica la pasamos con la capa de agua siempre lista. Las precipitaciones fueron en ocasiones torrenciales (una manta intensa de veloces gotas que impedía ver y hasta caminar) y las consecuencias nos afectaron de lleno: se suspendió la visita al volcán Arenal por el peligroso estado de sus alrededores y algunas carreteras quedaron desbordadas por la crecida varios de los numerosos ríos que sugieron de repente.

Y por todos los rincones, la culpa de este extraño comportamiento del tiempo recaía en el cambio climático.

Lo que sí se mantuvieron fueron las temperaturas. En este tipo de climas, la amplitud térmica apenas varías un par de grados durante todo el año. Así, aunque lloviese, no hacía frío. La temperatura se mantenía siempre en torno a los 20 grados. Quizás por ello no nos importó nada, en pleno aguacero nocturno, pegarnos una buena ducha al aire libre. De lo más reconfortante.

Por fortuna, la última semana hizo muy buen tiempo, el propio de la época. Pudimos sacar nuestro equipaje veraniego y disfrutar de las playas. En diciembre, desde luego, este clima sí que no lo cambio por nada.

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