Son como niños

jueves, 16 de octubre de 2008

Hace 7 días que acabé uno de los trabajos que he venido haciendo últimamente, las rutas turísticas que la Junta de Andalucía programa para los jubilados andaluces por Cáceres y provincia. El jueves pasado, en la fiesta de despedida, estuve reflexionando con el grupo que me tocó (que venían de la provincia de Sevilla) sobre lo que este trabajo ha significado para mí en estos dos años, y lo cierto es que es una de las experiencias que más me han marcado en mi vida y de la que seguro que guardaré un mejor recuerdo.

Tratar con mayores requiere unas aptitudes básicas sin las cuales se está destinado al fracaso. Hay que tener mucha paciencia para recordar una y otra vez en qué consiste la planificación de las visitas del día (no importa lo claro lo que lo digas, si se puede preguntar lo mismo que se acaba de explicar mejor para estar más seguros); hay que ser astuto para establecer normas desde el principio que no se pueden saltar (como ocupar siempre el mismo lugar en el autobús o en las mesas del comedor; las peleas cuando alguien se cambia son de lo más habitual); hay que ser inteligente a la hora de abordar las protestas constantes que tienen (y saber que si alguien se queja de que en su habitación del hotel hay pocas perchas, quizás haya que prestarle poca atención); y hay que ser amable y atento (sobre todo a la hora de bajar del autobús: los escalones son auténticos acantilados para algunos de ellos).

Una vez tenido todo esto en cuenta, sólo queda disfrutar de ellos y hacerlos disfrutar. Estos viejitos andaluces con los que he trabajado parece que han vuelto a una segunda juventud. Les encantan los chistes verdes y me muero de risa con las carcajadas tipo "enlatadas" de las señoras cuando se pronuncia la palabra "culo" o "cosita de los hombres". Adoran bailar (algunos son auténticos profesionales, se nota que "Mira quien baila" tiene audiencia entre los mayores) y les encanta bailar pasodobles conmigo aunque no tenga ni idea (aunque alguna viuda ya me rechazó porque ella "no bailaba con hombres"). Son cotillas por naturaleza y les encanta emparejar a los "solteros" (los corrillos eran evidentes cuando un divorciado quiso invitar a un baile a una viuda). Se empeñan en buscarme novia y todas sus sobrinas o nietas son candidatas perfectas (tengan la edad que tengan). Me recriminan toda la semana que no me afeite y en las fiestas de los jueves, cuando por fin lo hago, la sorpresa es mayúscula y todas me felicitan. Su tema de conversación favorito es sus respectivas enfermedades (desde que se suben al autobús ya empiezan a contarme de todo lo que están operados). Se preguntan asombrados porqué en sus teles no se puede ver "Arrayán" (sin percatarse de que en Extremadura no se ve Canal Sur). Y disfruto observando cómo hacen cola desde antes de que abran el Franki para comprar regalitos para toda la familia en esa tienda tan barata que les obsesiona.

La verdad es que me lo he pasado en grande con ellos. Pero, a la vez, me he dado cuenta de todo lo que se puede aprender de sus historias. Las famosas "batallitas" están cargadas de anécdotas que son reflejo de nuestro pasado. Te ayudan a entender mejor los difíciles años que vivieron en la guerra, o en la postguerra; cómo muchos tuvieron que emigrar y dejar a su familia atrás; como enviaban todo lo que ganaban de Argelia o Alemania para que la existencia de los suyos fuera un poco más placentera. Me encanta escuchar cosas de sus pueblos, y me emociono al observar sus caras maravilladas cuando ven el teatro romano de Mérida o el Monasterio de Guadalupe (muchos no han salido nunca de su pueblo).

Echaré de menos trabajar con mayores. Yo, que no tengo ya abuelos, he podido volver a disfrutar de ellos y escuchar con tristeza cómo muchos piensan que la sociedad los tiene un poco abandonados. Por eso, como le gustaría a María del Monte, sirva hoy esta entrada como homenaje a todos ellos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joo vaya guay. A mi me encantan las personas mayores. No me extraña que todas te quieran pa sus nietas, una persona tan irresistible como tu es normal. :)
Siento mucho no haberte visto hoy, si tienes tiempo libre ven a verme, que me aburro mucho. estoy de 6:30 a 9 en la avenida de la constitucion. Una muchacha con gorra roja :) El sabado tambien me encuentras de 10 a 2.
Besitos
ro

Rocío dijo...

Preciosa tu actualización de hoy, preciosa.

Rana

PILAR dijo...

Aquí no hay botón de me gusta? Pues me gusta!!